Leonardo Wolk titula así su libro sobre el coaching. De lectura amena y exposición clara es una buena introducción al tema. Si bien Wolk se manifiesta ecléctico en cuanto a las diferentes escuelas de coaching, su enfoque se sitúa básicamente dentro del coaching ontológico. No en vano el libro finaliza con un breve pero brillante artículo de Rafael Echeverria, uno de los referentes en esta forma de entender el coaching, titulado "Sobre el coaching ontológico".
La obra de Wolk comienza definiendo qué entiende por coaching y donde explica la razón de ser del título:
"He visto e interactuado a lo largo de los años -explica- con personas inteligentes, brillantes, excelentes profesionales y expertos en su respectiva tarea, que me han consultado porque se sentían atrapados, desmotivados y con sentimientos de incompetencia ante situaciones difíciles y/o alternativas arriesgadas. Uno de mis primeros interrogantes desde el rol de coach es preguntarles cómo se veían en sus inicios profesionales, qué sueños tenían. Muchas veces observo entonces como un fuego sagrado, ojos que se iluminan como brasas de ilusión. Y pienso:¡eso no se perdió! ¡está! casi apagado ¡pero está! El conocimiento, la pasión aún perduran. Por ello me defino y defino al coach como un soplador de brasas. Como un socio facilitador del aprendizaje, que acompaña al otro en una búsqueda de su capacidad de aprender para generar nuevas respuestas."
No hay comentarios:
Publicar un comentario