domingo, 30 de octubre de 2011

Una mirada diferente a la política: coaching político

A raíz del taller sobre liderazgo y coaching político me han planteado varias veces la pregunta "¿qué es el coaching político?".  Para mi, de un lado, es otra manera de mirar la política y, muy especialmente a las personas que están en política. Una mirada que parte de tomar conciencia de la forma en que ahora me sitúo ante la política. De mis propios estereotipos, de mis prejuicios ¿qué es lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en la política o en los políticos? La respuesta dice más de cada uno de nosotros que de la realidad que pretende describir. Una realidad que, por principio, es mucho más plural y compleja que cualquier adjetivación genérica. Probablemente cada uno de nosotros conocemos a varias personas que se dedican, de una forma u otra, a la actividad política. Concejales, cargos públicos, militantes de algún partido con alguna responsabilidad en él,.... ¿cuantas de esas personas de las que conocemos personalmente cumplen nuestro estereotipos? No dudo que alguna habrá, pero cuando conocemos a la persona surgen con facilidad los matices y la riqueza que nos aporta el ser humano.

En el taller, uno de los aspectos que más huella deja es la revisión de esa manera que cada uno tenemos de ver la política y los políticos, una revisión que alcanza su punto culminante cuando se escucha a un político hablar de su vida, de sus sueños, de sus decepciones, de sus sacrificios,... Pero lo realmente trascendente no es tanto esa nueva comprensión de las personas que están en política, sino que el surgimiento de esta nueva mirada nos abre nuevas posibilidades de relacionarnos con la política y los políticos. Nuevas posibilidades de contribuir a la generación de una nueva manera de hacer política.

Para las personas que están en política, esta nueva mirada se convierte en una nueva mirada hacia sí mismos. Una mirada que les ayuda a entender que, más allá de sus características personales,  estar en política implica una serie de desafíos, de riesgos, de problemas, de situaciones complejas que han de saber afrontar. Cuando no se disponde de las habilidades para hacerlo aparecen dos formas básicas de respuesta: abandonar la política o cobijarse bajo un caparazón que, frecuentemente adquiere la forma del cinismo. La presencia simultanea de ambas genera un panorama desolador: la tendencia a que quienes queden en política sean personas refugiadas en el cinismo.  Quienes logran moverse en un terreno diferente muestran una enorme fortaleza personal, una fortaleza necesaria para soportar las descalificaciones generalizadas a la política y los políticos.

Contribuir a que quien se sumerge en las aguas de la política encuentre las capacidades necesarias para mantenerse en ella sin insensibilizarse; dar  apoyo a quién estando en ella vive el desgaste que eso supone; ayudar a mantenerse en ella sin caer en el cinismo son otras de las aportaciones del coaching político.

Todo esto hace que cuando trabajo en el marco del coaching político siento que mi actividad tiene un sentido profundo. La vivo como una contribución singular para engrandecer la política y, con ella, nuestra sociedad. Ayudar a que todos podamos mirar la política y los políticos desde otro lugar y contribuir a que quién está en política pueda seguir en ella desde la coherencia con sus valores, son aportaciones esenciales del coaching político.

martes, 11 de octubre de 2011

Explorar y compartir

Hay muchas actividades profesionales en las que es imprescindible mirar primero hacia uno mismo antes de mirar a los demás. En cualquier versión del coaching es un requisito fundamental. En general, cualquier intervención psicológica o psicosocial lo exige. Pero este requisito no se queda ahí, cuando se trabaja como facilitador, ya sea de procesos de aprendizaje, procesos participativos o de otro tipo, el saber identificar lo que hay de uno en las dinámicas que se generan, tiene una importancia clave en la calidad del servicio que se presta.

Aunque los años van cayendo inmisericordes sobre mi biografía, sigo sintiéndome un aprendiz y, como tal, cada año participo en varias acciones formativas para mantenerme activo, engrasado y ¡¡¡¡vivo!!!!
Y claro, en coherencia con lo comentaba al principio, son ya muchas las ocasiones en que he tenido que “mirar hacia dentro”. Es curioso que por muchas veces que lo hagas siempre encuentras algún matiz que se te había escapado.

Una de las últimas ocasiones en que se planteó esa “mirada interior”, la pregunta era ¿qué te apasiona?. No se si producto del destilado de otras miradas o una especial conexión producida en ese momento, el caso es que la respuesta me salió del alma. Me apasiona explorar. Disfruto una barbaridad adentrándome en territorios nuevos, en nuevos conceptos, en nuevas metodologías, en nuevas formas de hacer las cosas. También me encanta viajar a lugares que hablan otros idiomas, visitar lugares que nunca he visto. Sin embargo, es explorar con el que me conecté tiene más que ver con la exploración intelectual.

En el proceso de acreditación con la Metodología Belbin de roles de equipos, al aplicar en mi mismos esa metodología (otra vez “mirando hacia uno mismo”) me sorprendió una barbaridad que los demás me vieran como un “explorar de recursos”. Mi primera interpretación de ese rol había sido que correspondía con personas a las que les gustaba ir buscando recursos para el equipo y no me veía en ese papel de ir pidiendo presupuesto, medios, …. Tras esa sorpresa inicial, profundicé más en ese rol y entendí que tenía una vertiente que yo no había identificado. Una vertiente que subraya el papel en un equipo de quién está alerta ante nuevas metodologías, nuevas formas de hacer las cosas, esa persona que trae al equipo novedades e innovaciones…. y ahí sí me sentí identificado. Explorador, me gusta.

Cuando exploro “fluyo”, es como si el tiempo se detuviera. Pero ese explorar adquiere pleno sentido cuando comparto lo explorado. Así que, el compartir surge tremendamente unido al explorar. Este blog es una forma de canalizar ese compartir. La facilitación de talleres y cursos de uno u otro tipo también son otra forma de compartir lo que exploro. El proceso de acompañar a una organización a hacer frente a algún tema que le preocupa también adquiere para mi esa doble vertiente de explorar (en este caso un problema diferente, una organización distinta, una nueva forma de encontrar el camino,…) y compartir (lo aprendido en otros procesos, lo indagado a través de lecturas, lo escuchado a otros,…).

Sí, explorar y compartir me apasionan.