miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Volver a empezar?

No, no voy a hablar de la película de Jose Luis Garci (su estilo de cine no es de los que me gustan y esa película ni la he visto). La idea del volver a empezar me ha surgido al hilo de la vuelta al trabajo. De este rito, que celebramos una y otra vez, de despedirnos de la actividad laboral, para abrazar con entusiasmo un periodo vacacional, y cerralo volviendo a nuestra actividad cotidiana.

Es el momento de llenar páginas y minutos de radio y televisión hablando del síndrome post-vacacional. Seguro que incluso hay alguna medicina que ayuda a superar ese trance cuando, con la que está cayendo en la economía, lo que habría que hacer es descorchar una botella de cava para celebrar que tenemos un trabajo al que volver.

Lo curioso es lo rutinario del proceso. Vacaciones de verano, Navidad, vacaciones de Semana Santa, puentes largos,... pero también los fines de semana. Si se para uno a pensar, ese círculo se reproduce cada día, aunque solo sea en nuestro dormir y nuestro despertar. Si, ya se que en verano suelen ser una semanas más, pero el proceso es el mismo. Año tras año. Es como si lo verdaderamente rutinario fuera esta manera de situarnos en la vida.

Es como si estuvieramos secuestrados por una determinada manera de interpretar nuestra vida. Se habla de lo "políticamente correcto", pero también hay un "socialmente correcto" ¿cómo decir que estamos contentos de volver a trabajar? Ya nos imaginamos el comentario jocoso, la broma ácida. También necesitamos una indignación social, no solo política. Tenemos que indignarnos ante el pensamiento único, tenemos que ser capaces de conectar con una manera diferente de ver la vida, de vernos en la vida. Una manera que nos permita redescubrir que lo pequeño es hermoso, que en los detalles está la felicidad, que no necesitamos irnos al otro lado del mundo (que no quita que lo hagas si puedes y quieres) para disfrutar de ese proceso de volver a empezar una y otra vez. Un volver a empezar tan igual pero tan diferente. "Cambia, todo cambia",  cantaba  maravillosamente Mercedes Sosa.

Yo he vuelto a empezar ¿o no he terminado nunca? Siempre he seguido siendo yo, viviendo situaciones diferentes, sintiendo cosas diferentes. Claro que he empezado a comer y he terminado, y he vuelto a empezar después de un rato. Y he empezado un libro y lo he terminado y he vuelto a empezar otro. Y empiezo proyectos que termino y vuelvo a empezar..... es la vida amigo, es la vida. Disfrutemosla con intensidad antes, durante y después de las mitificadas vacaciones.


viernes, 19 de agosto de 2011

La atención plena: "Mindfulness"

Sigo inmerso en ese espacio de tiempo que llamamos vacaciones. Es un periodo que me aleja de la dinámica cotidiana. Una distancia que me gusta quede bien marcada poniendo kilómetros de por medio con mi entorno habitual de vida. Si hablan otro idioma, aún mejor. Como he explicado en otra entrada, intercambio mi casa. Yo voy a la casa en la que vive otra familia y ellos vienen a la mía. Coste de alojamiento cero. Unas vacaciones sostenibles. Esta vez el intercambio lo hemos hecho con una familia holandesa, así que estamos en los alrededores de Amsterdam.

También es un momento en que hago un paréntesis a mis lecturas habituales, mayoritariamente profesionales, para sumergirme en la novela negra, un genero que me encanta. Este verano estoy disfrutando especialmente del escoces Ian Rankin y su "Black and Blue". Al hacer el equipaje literario incorporé un libro que llevaba tiempo esperando en mi mesilla: "Mindfulness en la vida cotidiana. Donde quiera que vayas, ahí estás"". 

Su autor, Jon Kabat-Zinn,es un médico norteamericano, doctorado en biología molecular por el MIT de Massachusetts. Ha sido fundador y director de la Clínica para Reducción del Estrés y el Centro para la Atención Plena (Mindfulness) en Medicina, Cuidado de Salud, y Sociedad en la escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. El libro viene a ser una explicación amena y clara de la práctica de la meditación. En ese sentido es un libro que puede catalogarse en el ámbito del pensamiento Zen, aunque totalmente adaptado a la cultura occidental.

El libro se inica como varios capítulos que nos llevan a reflexionar sobre con cuanta frecuencia estamos tan preocupados de acontecimientos pasados o generando nuestras historias sobre acontecimientos que pudieran darse en el futuro que nos olvidamos de vivir lo único que realemnte existe: el momento presente. Recuerdo un acita que ilustra perfectamente este planteamiento: La vida es eso que ocurre mientras estás ocupado en otras cosas. La atención plena consiste, precisamente, en estar presente con los cinco sentidos en lo que ocurre en el momento. Puede ser estar con nuestros hijos sin mirar el móvil cada poco rato, sin pensar en lo que tengo que hacer después, sin dar vueltas a cómo debería haber respondido en la reunión de esta tarde. Pero también es atención plena el centrarnos en el documento qu estamos elaborando sin que otras actividades o pensamientos nos interfieran o disfrutar de una puesta de sol viviendo cada segundo como si fuera el último.

Posteriormente el libro nos plantea que esa idea aparentemente tan sencilla es dificil de aplicar y requiere entrenamiento. Un entrenamiento que se realiza mediante la práctica de la meditación, adentrándose en la explicación de qué es y cómo meditar. había leido algunos otros libros sobre este tema pero quizás este logra plantearlo de una manera bastante cercana a la forma de vida que podemos llevar muchos de nosotros. Otras publicaciones que tocan este mismo tema lo hacen de una forma mucho más ligada, a mi parecer, con las prácticas orientales. 

Claro que, al final, como todo en la vida, lo fundamnetal es dar el paso, hacer. Leer no es suficiente y ese es mi desafío. El libro me deja buen sabor de boca y ganas de ponerme a ello. No son ideas nuevas, me vienen seduciendo desde hace tiempo pero sigo en el lado de las buenas intenciones.

Termino con una cita del libro:
La atención plena es una antigua práctica budista que tiene una profunda relevancia para nuestra vida actual. Esta relevancia no tiene nada que ver con el budismo per se ni con hacerse budista, sino con el hecho de despertar y de vivir en armonía con nosotros mismos y con el mundo.Guarda relación con examinar quienes somos y con cuestionar nuestra visión del mundo y el lugar que ocupamos em el mismo, así como con el hecho de cultivar la capacidad de apreciar la plenitud de cada momento que estamos vivos. Pero, ante todo, tiene que ver con el hecho de estar en contacto.