El mundo de la gestión, y no sólo él, se enfrenta de manera continuada al surgimiento de nuevos términos que generan la duda de hasta dónde aportan algo o son una simple estrategia de venta de las consultoras. Reingeniería, Calidad, Excelencia, Coaching, Gestión del Conocimiento, Gestión del Talento,.... Personalmente me parece que un cierto escepticismo es razonable. Convertir cada nuevo concepto en un nuevo paradigma que transforma todo lo anterior me parece un planteamiento poco sólido que olvida que los enfoques anteriores también tuvieron su momento de gloria y aportaron su grano de arena al desarrollo de los sistemas de gestión hasta convertirlos en lo que ahora son.
Sin embargo, todavía me parece peor rechazar los nuevos planteamientos con el fácil argumento de que son una moda o que no aportan nada a los enfoques anteriores. Si nos fijamos en los conceptos que he mencionado o en otros muchos que han ido jalonando la historia más reciente de la gestión de las organizaciones, podemos comprobar que en todos los casos implicaron alguna aportación ya fuera metodológica o acentuando una faceta que hasta ese momento no había recibido suficiente atención.
El término que parece que ahora está haciendo fortuna es el de "talento". Un talento que se gestiona. Aparece así la "gestión del talento". Como en otras ocasiones, la aparición de un nuevo término suele convivir con un fenómeno singular. Cada vez que alguien lo menciona todo el mundo asiente con la cabeza, dando a entender que ya está enterado de qué va el asunto. Sin embargo, cada uno de los oyentes tiene una idea vaga, genérica y a menudo confusa respecto al significado real de ese término. La dificultad de reconocer que uno no sabe exactamente qué se quiere decir cuando se habla, por ejemplo, de talento, lleva a un creciente malentendido al respecto. Otras veces, para no dejar ver esa laguna de conocimiento simplemente se descarta el asunto afirmando que "es una moda que no aporta nada nuevo". Me atrevo a decir que cuanto mayor es el énfasis en descalificar al nuevo concepto mayor es el desconocimiento que se tiene de él.
Volviendo al talento, recientemente se ha publicado una segunda edición del libro de Pilar Jericó "La gestión del talento: construyendo compromiso" (Ed. Prentice Hall). Quienes tengáis interés en el tema es un buen resumen del asunto. Algunas ideas básicas:
- Talento = capacidades + compromiso + acción.
- El miedo es el gran enemigo del talento. Las organizaciones basadas en sistemas de control no son el marco más adecuado para el talento que requiere un clima de confianza.
- La persona con talento necesita, espera y requiere organizaciones que le aporten valor y le den un contexto adecuado para su desarrollo.
- Todos tenemos talento, pero no tenemos talento para todo.
- El talento ni es universal ni atemporal. Lo que en un momento o un lugar pudo ser considerado talento hoy y aquí puede no serlo.
- El talento se desarrolla a través de la relación con otros (clientes, compañeros, competidores,...)
- Sólo puede considerarse que una persona tiene talento si es capaz de crear valor para su equipo.
- Para desarrollar el talento son necesarias motivación, herramientas de conocimiento, generar nuevos hábitos, tener disponibilidad y aislar los efectos del miedo.
- Gestión del talento = construcción del compromiso con la organización.
- El compromiso siempre es una cosa de dos: la organización y la persona.
- El mejor camino para retener el talento es el salario emocional.
"Se trata de conseguir que un grupo de personas no extraordinarias produzca resultados extraordinarios"
José Antonio Marina
5 comentarios:
Gracias por la referencia, Enrique.
"La persona con talento necesita, espera y requiere organizaciones que le aporten valor y le den un contexto adecuado para su desarrollo."
Lamentablemente mi pais,argentina, se come a mucha de esta gente con talento al no brindarle los ambitos para su desarrollo, o querer obtener reditos del talento ajeno, es algo q me desalienta y me pone profundamente triste.
Muy buen blog, gracias x compartir lo tuyo, me das fe y confirmas que no soy una loca suelta xq ama lo libertad y el cambio, o si??
mar, misiones argentina
Interesante esto de perder el miedo a actuar, a meter la pata.
Como bien dice Mar, las personas (con talento o sin él, esto sería otro debate interesante) necesitan y esperan organizaciones que le aporten valor y contextos en los que poder desarrollarse como personas y profesionales. Pero en nuestro ámbito de organización, resulta que nos topamos con una excesiva y rígida reglamentación, legislación, y ...ones varias.
Una buena gestión del talento, propongo, pasa por una gran flexibilidad en movilidad, en utilización del talento de las personas en diversos proyectos, servicios, etc, referentes a su competencia profesional y académica sin tener muy en cuenta su grupo, escala, servicio, categoría,...funciones. Es decir habrá qe cabiar las estructuras formales de la Administración pública. El nuevo EBFP, esboza algunos pasos, pero falta desarrollo VALIENTE, O NO?
Mar, seguro que el talento de tantos argentinos tiene que acaber encontrando un camino diferente.
Javier, comparto tu impresión de que la administración sigue atada a muchas rigideces que hacen dificil reclutar, mantener y desarrollar el talento. Sin embargo, estoy convencido de que cada vez hay más valientes decididos a explorar nuevos caminos. El cambio es para mi una danza y no un interruptor que pasa de on a off o viceversa. Bailemos pues.
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