sábado, 31 de mayo de 2008

La Excelencia lanzadera de la Innovación

Terminó el II Congreso de Excelencia en la Gestión de las Administraciones Públicas, con una buena cobertura por parte de EITB y Expansión.com. Con el cartel de "no hay entradas", 420 profesionales del sector público pudimos compartir día y medio francamente interesante. La idea de que la Excelencia es lanzadera de la Innovación es mi particular titular. Entre el mensaje inicial del Lehendakari, planteando la innovación como el nuevo desafío, la nueva meta de las organizaciones vascas, y la brillante conferencia final de Alfons Cornella, que definía la innovación como ideas que llevadas a la práctica aportan valor a sus potenciales usuarios y acaban produciendo resultados para la organización que ha implantado esa innovación, hemos escuchado muestras de cómo la innovación aparece de manera casi "natural" en aquellas organizaciones comprometidas con la excelencia.
Incluso los matices que Cornella aportaba a su definición de innovación refuerzan esta idea. Así, cuando subraya que innovación no es realizar ese círculo (ideas, valor, resultados) una vez o de manera esporádica sino hacerlo de manera sistemática, pienso que las organizaciones mejor preparadas para hacer suya esta sistemática son aquellas que han acumulado amplia experiencia en desarrollar e implantar otras sistemáticas vinculadas a la mejora continua y la gestión de calidad.

Por otra parte, en el centro de ese círculo virtuoso situaba, nada más u nada menos, que al liderazgo. Un criterio completo de la EFQM se dedica a ese mismo concepto por lo que es lógico deducir que quienes más tiempo lleven "peleando" con el desarrollo adecuado del liderazgo en su organización en mejores condiciones pueden encontrarse de orientar ese liderazgo hacia la innovación. Por cierto, innovación que ya el propio modelo EFQM explicita como una línea de trabajo tranversal en todo el modelo.

Pero, más allá de la teoría, las nueve buenas prácticas presentadas (seleccionadas entre las 23 eviadas) provenientes de organizaciones públicas plurales (ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autónomos, empresas públicas) y ámbitos variados (hacienda, empleo, sostenibilidad, medios de comunicación, seguridad, sanidad) pusieron de manifiesto innovaciones concretas desarrolladas precisamente partiendo de la búsqueda de la excelencia en la gestión.

¿Y no es innovación la experiencia de administración digital que nos presentaron dos representantes daneses o las amenas y brillantes reflexiones que Pablo Aretxabala, Alberto Ortiz de Zárate y Julen Iturbe entorno a la Web 2.0 y su uso en la administración o las exploraciones para abordar la transversalidad que Albert Serra teorizó y "Kotelo" del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz presentó en su vertiente más practica o las nuevas herramientas de mejora que pudimos escuchar en otras mesas simultaneas, o las experiencias de desarrollo del liderazgo presentadas con gran brillantez por la Comarca Bilbao de Osakidetza e EITB? ¿No es innovar lo que muchas administraciones públicas están haciendo buscando nuevos, innovadores cauces para enriquecer la democracia con la participación ciudadana tal y como pudimos escuchar a Qim Brugué, Director de Participación de la Generalitat de Catalunya?.

Hay momentos en que tengo la sensación que hay quien ve en la innovación un paradigma superador del de la excelencia. Una especie de repetición de la pugna absurda que en su momento se produjo entre ISO y EFQM. Cuanto antes nos alejemos de esta dinámica para comprender que innovación y excelencia se retroalimentan, se complementan y se necesitan mutuamente más rápido podremos avanzar en ambas direcciones.

3 comentarios:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Lo pasamos bien. Lástima que empezáramos tarde y que no pudiéramos entablar un diálogo más enriquecedor para todas las partes que nos reunimos allí.
Un saludo.
Julen

Unknown dijo...

Bueno... siempre nos quedará la blogosfera, que diría Bogart si viviera por estos tiempos.

Anónimo dijo...

Yo también pienso que todas las técnicas y todos los esfuerzos por hacer las cosas con fundamento se complementan y se ayudan mutuamente.

Otra cosa es que, dependiendo de las características y de los estilos de cada organización y de cada persona, unas nos gusten y nos encajen mejor que otras. Como siempre, es cuestión de personas.