“Si quieres ser creativo, despídete de la comodidad”, así titula Janet Rae-Dupree el artículo que publicaba El País en su suplemento en colaboración con The New York Times el pasado jueves. Me ha parecido un artículo sugerente del que destaco seguidamente sus principales ideas:
- Recientes descubrimientos de la neurología muestran que cuando desarrollamos conscientemente nuevos hábitos se producen procesos cerebrales que ayudan a que “nuestros hilos de pensamiento sigan derroteros nuevos e innovadores”. En otras palabras, cambiar ayuda a descubrir nuevas oportunidades de cambio. Mantener los mismos hábitos de siempre crea barreras difíciles de superar para la creatividad y la innovación.
- Citando a Dawna Markova (autora de “The open mind”) señala: “Lo primero que se necesita para innovar es una fascinación por las maravillas. Pero en lugar de eso, se nos enseña a “decidir” y decidir es acabar con todas las posibilidades menos con una. Un buen pensador innovador está siempre explorando las otras muchas posibilidades”. La conclusión que yo saco es que tenemos que saber diferenciar los espacios de toma de decisiones con los espacios creativos y, evidentemente, hay que dejar sitio a estos últimos si queremos que la creatividad y la innovación se haga presente en nuestra organización.
- Los seres humanos nacemos con la capacidad de enfocar los retos de cuatro maneras: analítica, procesal, relacional o colaborativa e innovadora. Durante la pubertad el cerebro anula la mitad de esas capacidades y se queda con las que le han parecido más valiosas durante los primeros diez años de vida aproximadamente. El enfoque predominante en la enseñanza y en la cultura de nuestra sociedad hace que sean los enfoques relacional e innovador los más sacrificados. Parece claro que tenemos que repensar el enfoque educativo y formativo en el que nos movemos.
- Podemos definir “tres zonas de existencia”: comodidad, extralimitación y el estrés. “La comodidad es el reino del hábito existente. El estrés tiene lugar cuando un reto está tan alejado de la experiencia que resulta abrumador. El cambio de verdad tiene lugar en esa zona media de la extralimitación, las actividades que resultan un poco incómodas y desconocidas”.
- El cambio siempre genera una reacción de miedo en nuestro cerebro. Si el miedo es demasiado grande provocará una reacción de “lucha o huye” generando las clásicas resistencias al cambio. Si introducimos cambios más pequeños pero continuos (técnica Kaizen) hay más posibilidades de que el miedo pueda superarse y el cambio salga adelante.
Para terminar una frase grandiosa: “Solemos pensar que los que piensan como nosotros son más inteligentes que los que piensan de manera diferente”. Una variante de aquella que dice “Yo soy muy tolerante con quién piensa como yo”. Innovación, cambio o simplemente desarrollo social y personal tienen que conllevar una forma diferente de ver al otro, sobre todo al otro que es más distinto de nosotros.
2 comentarios:
Muy bueno esta informacion, ojala que sigan para adelante, trabajo en un centro minero como jefe de seccion y son de gran ayuda la informacin aqui presentada.
mi correo jmormontoy@hotmail.com, cualquier cambio, agradeceria informarme.
Juan
Me alegra que te resulte interesante. Te suscribo al blog para que te lleguen las novedades.
Publicar un comentario