En julio, en el Foro RedCa, me encontré con Maite Darceles. Charlando sobre dónde andábamos unos y otros, me comentó que estaba centrándose en el ámbito educativo, reflexionando y escribiendo sobre él. Y esa reflexión ha acabado tomando forma en un artículo titulado "¿Qué escenario educativo tenemos?¿y qué educación queremos?", publicado dentro del monográfico que la revista electrónica que publica HOBEST dedica a la educación. Tras su lectura nos hemos cruzado reflexiones en varios correos y, tras consultarlo con Maite, creo que tienen la suficiente enjundia como para darles un espacio más amplio en este blog.
La reflexión de Maite sobre la educación me pareció sugerente y muy bien fundamentada, como es habitual en ella. Pero el ámbito educativo no es un campo en el que me sienta con criterio para aportar. Sin embargo, en una parte de su artículo hace una reflexión sobre "los llamados sistemas de calidad". Y en esos caminos me he movido durante muchos años. Afirma Maite, con una rotundidad que comparto: "Los sistemas de calidad (calidad total, EFQM, TQM, gestión de calidad, excelencia en gestión...) tienen el efecto negativo de burocratizar".
He vivido muy de cerca procesos de desarrollo de sistemas de calidad y he evaluado unos cuantos como evaluador de EUSKALIT. Conozco esa "cara oscura" que lleva a hacer cosas, a cumplimentar registros, a buscar indicadores,... porque lo pide la ISO y la EFQM, sin preguntarse para qué nos sirve. Pero también conozco el efecto transformador que esos procesos han tenido en muchas organizaciones. Un proceso que les ha llevado a revisar su relación con los clientes, a simplificar sus procesos de trabajo, a promover formas de trabajo en equipo hasta ese momento desconocidas, a abrir espacios para reflexionar una estrategia que antes parecía "caída del del cielo",...
¿Qué nos enseñan esas experiencias en relación con los procesos de cambio en las organizaciones? En la conversación con Maite han surgido algunas líneas de reflexión que me parecen interesantes.
1. Desde una perspectiva sistémica, no podemos encontrar un elemento sin que venga acompañado de su contrario. Cuando en una organización destaca el orden, en algún lugar está el desorden. Cuando se habla mucho, podemos preguntarnos dónde está el silencio. Cuando se subraya la mejora continua, en algún lugar está la "parálisis"... No me parece posible pensar en un proceso de cambio sin preguntarme dónde están las tendencias que van en un sentido contrario al pretendido. Por decirlo en otras palabras, todo cambio lleva dentro su perversión. Cuando damos la espalda a ese lado oscuro es cuando más posibilidades hay de que se apodere del proceso. Necesitamos identificarlo y aceptarlo para liderar el cambio en la dirección que nos inspira.
2. "En un entorno de cambio constante, de alta complejidad, el cambio como tal resulta, por un lado, efímero, porque se aplica en un entorno que al rato ya es diferente, con lo cual sus efectos ya son otros. Por tanto, lo esencial no es el cambio como tal sino las lógicas subyacentes sobre las que conseguimos influir. Así, un cambio de lógicas subyacentes es un cambio perdurable. ¿Hasta cuándo? En ocasiones, lo que sucede es que el devenir organizativo sujeto a múltiples inputs orientados a otras lógicas (por algo las llamamos imperantes), hace que como un resorte las lógicas que se abrieron vuelvan a replegarse. Y aquí, enlazo con el segundo tema: algunas tendencias, prácticas, orientaciones,... no están orientadas a incidir en las lógicas subyacentes, sino que buscan hacerse un hueco, aprovechan el discurso de otras tendencias que sí buscan este cuestionamiento para surfear por ellas, sin entrar en honduras... Algunas por falta de conocimiento, otras por oportunismo, otras porque no se vislumbra otra alternativa mejor... y en la mayoría de los casos por combinaciones de todo esto... En mi opinión la llamada gestión de calidad se encuadra en este lado, aunque genera la expectativa de ser un cambio profundo y perdurable. No contiene la semilla de un cambio de lógicas salvo que se produzcan una serie de circunstancias que sí lo favorezcan, en cuyo caso podríamos concluir que el cambio de lógicas es una consecuencia de esas circunstancias particulares y no de la aplicación de un sistema de gestión de calidad. Pero estamos en un proceso de aprendizaje social... ". Maite Darceles
¿Te animas a enriquecer la conversación?
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