Un ayuntamiento catalán me pidió hace unas semanas que abriera su calendario de actividades de reflexión y aprendizaje dirigido a su equipo directivo ampliado. Unas cincuenta personas con responsabilidades de gestión en diversos ámbitos de la organización municipal. Que exista algo así en un ayuntamiento ya es motivo para acudir encantado. Así que, aunque tuve que levantarme a las cinco de la madrugada para llegar a la hora, lo hice con la satisfacción de poder contribuir de alguna manera al esfuerzo que esa administración local está haciendo para prestar un mejor servicio a la ciudadanía y hacerlo además aumentando la satisfacción de quienes trabajan en ella. En los tiempos que corren es para nota.
Mi participación duraba tres horas. Me pidieron que una primera parte tuviera más un caracter de conferencia. La segunda la dediqué a una dinámica que comentaré más adelante. Mi intervención la inicié hablando del contexto actual en que se desarrolla la gestión pública. Con un poco de humor recordé algo que nadie necesitaba ¡¡estamos en crisis!! Pero subraye que no para todos la crisis pinta igual y que los datos nos muestran que las desigualdades sociale se agrandan.
A partir de esa idea, cité el trabajo de Richard Wilkinson, "Spirit Level", que tiene como una de sus conclusiones más significativas la siguiente: "En
los
países más desiguales (como
el Reino Unido, EEUU o Portugal) el porcentaje de la población que declara confiar
en sus vecinos
se hunde hasta el 15%, mientras que en los más igualitarios (como los nórdicos
o Japón), las cifras de confianza suben hasta el 60-65%”. De esta manera comenté una primera característica que ha de tenerse presente en la gestión púbica local. El nivel de confianza en los vecinos y, en consecuencia, los niveles de solidaridad, de conciencia colectiva, disminuyen.
Continué comentando otra característica de los problemas que ha de abordar la gestión local: el fenómeno denominado NIMBY, "no en mi jardín trasero". Se trata, no tanto de una oposición a determinadas políticas, sino a que esas políticas me afecten a mi. Así, por ejemplo, me parece perfecto que se haga un nuevo centro cultural, pero no quiero que me tape las vistas o que esté demasiado cerca de mi casa y me suponga problemas de aparcamiento o ruidos.
Pero si algo caracteriza a los problemas que enfrentan las administraciones locales es lo que Horst Rittel denominó Wicked Problemas, traducido al castellano como problemas enrevesado o perversos. Son problemas que entrelazan intereses contrapuestos, se mezclan con otros problemas, presentan matices que solo aparecen cuando se intenta intervenir en ellos,....
Esta primera parte, dedicada a reflexionar sobre las características de los problemas sobre los que interviene la administración local, la terminé mencionando la contraposición entre problemas técnicos y problemas adaptativos, planteada por Ronald Heifetz. En alguna otra ocasión le he mencionado en este blog. Plantea que hay problemas con un diagnostico conocido y de los que se sabe que tienen una respuesta técnica clara y comúnmente aceptada. Y por otra parte, problemas adaptativos, con un diagnóstico incierto y un tratamiento que no tiene un consenso técnico claro. Más aún, son problemas que para su solución requieren de la implicación de todos aquellos que están en relación con él. No es posible darles una solución "desde fuera". Quien conoce la vida municipal sabe que, si no la mayoría, sí los problemas más importantes a los que se enfrenta la gestión local son problemas con una fuerte carga adaptativa.
El problema es que los grupos, los colectivos sociales, la sociedad en su conjunto, no se encuentra cómoda ante los problemas adaptativos. Tienden a eludirlos y para ello despliegan diversas estrategias:
- Buscan alguien que les "salven".
- Niegan la realidad.
- Externalizan el enemigo.
- Buscan un "chivo expiatorio".
- Atacan a la autoridad.
- Matan al mensajero.
Quienes tiene responsabilidades públicas han de ser conscientes de estas dinámicas para saber asumirlas y enfrentarlas sin "morir en el intento" y sin caer en la tentación de evitarlas con "esto lo arreglo yo". Una respuesta que puede reconfortar inicialmente pero que pronto se encontrará con la frustración de no poder hacerse cargo de lo prometido.
A partir de aquí abrí otro bloque centrado en tres grandes ideas. La gestión pública local ha de:
- Inspirar: generar visión, definir un proyecto.
- Gestionar: a recursos y a personas para alcanzar los objetivos planteados.
- Escuchar: a las personas que trabajan en la organización y a la ciudadanía.
Dejo la presentación que utilicé, bueno, solo una de las tres partes. Pesa mucho con las imagenes y he tenido que trocearla. Con el siguiente post pondré el resto. Para los y las impacientes siempre tiene la opción de ir directamente a Slideshare.
Reflexiones gestion local 1
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