miércoles, 19 de marzo de 2014

Lo que las hormigas nos enseñan para la mejora de la gestión

El libro de Steve Johnson "Sistemas emergentes" me ha dejado unas últimas ideas que voy a compartir en este post. Surgen a partir del funcionamiento que muestran las hormigas granívoras y que estudió en profundidad Deborah Gordon.

  1.  Más es diferente. De un lado porque hace falta una "masa crítica" para que las propiedades emergentes puedan producirse. De otro, "sólo a través de la observación del sistema completo en funcionamiento se hace evidente la conducta global". Conectando con las organizaciones, nos sugiere que hay características emergentes que no pueden surgir sin un determinado tamaño, así como la importancia de poder tener una mirada global al sistema que constituye la organización. Coger distancia para apreciarlo en sus dinámicas globales.
  2. La ignorancia es útil. "Los sistemas emergentes pueden volverse inmanejables cuando sus componentes son excesivamente complicados. Es mejor construir un sistema densamente interconectado con elementos simples y dejar que la conducta más sofisticada aparezca paulatinamente". Cuanto más simple mejor. Demasiadas veces encontramos organizaciones que han construido elementos enormemente complejos, por ejemplo en la gestión por procesos o en la gestión del conocimiento o en cuadros de mando muy sofisticados, y esos elementos han acabado cogiendo vida propia y haciendo que la organización trabaje para ellos y no al revés.
  3. Alentar los encuentros casuales. "Los sistemas descentralizados dependen fuertemente de las interacciones casuales". Cuanto más contactos se generan en el sistema, más capacidad tiene éste de enriquecerse y de producir un conocimiento compartido más rico. Muchas de nuestras organizaciones quizás no respondan bien al calificativo de "descentralizadas", sin embargo tienen una importante tendencia a estar "departamentalizadas", lo que a efectos de lo que aquí se menciona tiene características equivalentes: si no se produce un número significativo de contactos casuales la organización pierde un enorme potencial.
  4. Buscar patrones en los signos. "Esta habilidad de detectar patrones permite que circule la metainformación a través de la mente de la colonia: signos acerca de los signos". En las organizaciones esos patrones nos ayudan a entender las dinámicas profundas que funcionan en el sistema. Adquirir esa habilidad, que no es otra cosa que una capacidad para percibir sistémicamente a la organización, resulta cada vez más crucial para poder entender lo que pasa en su seno.
  5. Prestar atención a los vecinos. "La información local conduce a la sabiduría global". Las propiedades emergentes en un sistema surgen de la interacción entre sus miembros. En el caso de las hormigas no hay nadie que de órdenes, lo que cada una tiene que hacer surge del contacto con sus vecinas. En el ámbito de las organizaciones no nos resulta extraña la idea de lo importante que es "mirar al de al lado". Por desgracia, la mayoría de las veces este "mirar al de al lado" tiene más un carácter comparativo que una perspectiva de aprendizaje y de búsqueda de articulación de lo que yo (o mi Departamento) hago con lo que hace el que tengo al lado. Qué diferentes podrían ser las organizaciones si ese mirar al de al lado tuviera este otro carácter.
Si tenéis interés en conocer las características del funcionamiento de estas hormigas podéis escuchar este video TED de Deborah Gordon:

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