Timithy Garton Ash escribía un amplio artículo este fin de semana en El País analizando la situación internacional bajo el título "El mundo, siete años después". Los siete años son los transcurridos desde el atentado de las torres gemelas y comenzaba el artículo con una frase que me ha llamado especialmente la atención: "los problemas no suelen resolverse, simplemente se ven superados por otros problemas". Su reflexión se orientaba a la política internacional pero me ha resultado muy cercana. ¿O no os suena familiar? Uno se encuentra inmerso en lo que considera un gran problema. Despliegas todos los recursos que eres capaz de desplegar. El asunto es complejo y cuesta avanzar. Y en esto que aparece otro problema aún más gordo, o el anterior presenta una ramificación que consideramos más trascendente. Cogemos armas y bagajes y nos centramos en la nueva prioridad. ¿El problema anterior? Bueno, tampoco era tan importante, o si lo era ya no lo percibimos con la misma trascendencia.
Desde la perspectiva de las organizaciones y de las personas que las componen esta dinámica viene a reflejar una fuerte concentración en los síntomas más que en las causas profundas que los generan. Cuando combatimos los síntomas es muy probable que la enfermedad acabe generando otros diferentes y probablemente más graves. Tenemos que dejar espacios para el análisis en profundidad de las dificultades que nos encontramos para buscar sus raíces más profundas si no queremos ir de fuego en fuego con una manguera que nunca tiene agua suficiente.
Sin embargo, frecuentemente lo que ocurre es que la dificultad reside precisamente en captar el origen del problema. No es que no queramos encontrarlo, es que desde la perspectiva en que lo estamos mirando quizás no es detectable. Mido 1,86 y a veces me ocurre que le digo a otra persona de menor altura que mire un determinado objeto que veo en la lejanía. Ellos no lo ven. No es que estén mal de la vista o que no lo quieran ver. Es que desde su posición no pueden verlo. La ayuda del equipo, de otras personas, de un coach puede precisamente ayudarnos a ver lo que en un principio no vemos, ayundandonos a encontrar la fuente que genera que nos encontremos con problemas que se entrelazan en un continuo que no parece tener fin.
2 comentarios:
Hay también un problema añadido: algunas personas disfrutan con los problemas; son capaces de encontrarlos donde no existen.
¡¡¡I tant !!! que dicen por Catalunya. Otra tipología interesante es la de quienes siempre piensan que los problemas son "culpa" de otros, los que no son capaces de asumir la parte de responsabilidad que tenemos en todo lo que nos ocurre.
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