miércoles, 5 de diciembre de 2012

Coaching político en un cambio de gobierno (1): los que se van

El momento del relevo es un momento muy significativo para las personas que han desempeñado responsabilidades públicas y que ahora han de ubicarse de nuevo. Es el final de una etapa y como todo final presenta características que conviene tener en cuenta para poder afrontarlo adecuadamente.

Cada uno de nosotros tenemos diferentes maneras de situarnos ante los finales ¿cuál ha sido tu forma de enfrentarte a los finales que has vivido: relaciones, trabajos, proyectos, responsabilidades, ...? ¿encuentras una pauta que se repite? ¿con qué asocias la idea de terminar algo? ¿qué ideas te vienen a la cabeza? Tomar consciencia de las pautas que se repiten en mí a la hora de vivir los finales, de las historias que me cuento respecto a esas situaciones, me puede ayudar a entender cómo estoy viviendo el final de esta etapa de ejercicio de responsabilidades políticas.

En general, a las personas no nos suelen gustar los finales. Los vivimos como un momento de pérdida que preferimos negar o pasar lo más rápido posible. Son pocos los que se dan un tiempo para realizar la transición entre lo que acaba y lo que empieza.

Así, nos podemos encontrar con personas que continúan trabajando hasta el último día como si no hubiera pasado nada y, de un día para otro, desaparecen. Otras, en cambio, en cuanto son conscientes de que algo se va a acabar, se colocan inmediatamente en otro lugar, en otro proyecto, y los días que se mantienen en el puesto anterior es como si no estuvieran. Puede que incluso físicamente dejen de estarlo.

Pero cuando no nos damos tiempo para despedirnos adecuadamente, para transitar por esa fase final, hay muchas posibilidades de que nos llevemos cosas sin cerrar que luego es más complicado cicatrizar. Además, en todo final, hay otras personas implicadas. En este caso, no solo los compañeros en las responsabilidades políticas, sino las personas que han trabajado en nuestro ámbito de responsabilidad y la red de ciudadanos y entidades con las que he establecido vínculos de uno u otro tipo.

Por otra parte, el desempeño de un cargo político conlleva también la necesidad de rendir cuentas de lo realizado y de contribuir a un relevo responsable con la sociedad a la que sirve tanto quién deja el cargo como quién va a asumirlo.

Desde la perspectiva personal, cerrar una etapa pasa por:

1. Agradecer a las personas con las que has trabajado y compartido lo que te han aportado, incluso a aquellas que han podido enfrentarse a tus propuestas. A veces son precisamente quienes más te han dificultado llevar adelante tus ideas quienes más te han hecho crecer como persona.
2. Pedir perdón por aquellas cosas que has hecho y han podido causar daño. Aunque no lo pretendieras, aunque sigas pensando que hay quién siente daño dónde no lo había, pedir perdón implica reconocer en el otro la legitimidad de sentir lo que siente y mostrarle que te haces cargo también de las consecuencias no deseadas de tus comportamientos o decisiones.
3. Reflexionar sobre el grado de cumplimiento de tus expectativas personales al llegar a ese cargo.
4. Identificar lo que has aprendido en este periodo y agradecer la oportunidad que has tenido.
5. Perdonarte lo que has hecho mal o aquello en que te has equivocado, en la medida que en cada momento tomaste la decisión que pensabas era la mejor con la información de que disponías en ese momento.
6. Prepararte para tu nueva situación. Ahora puede que mirés con deseo la tranquilidad que esperas encontrar después de la vorágine en la que has vivido. Sin embargo, es muy común echar en falta la adrenalina que la presión continuada genera. Empieza a prepararte para ese momento en que el móvil dejará de sonar continuamente, en que no te consultarán para tomar decisiones de manera continuada, en que el mundo se moverá a tu alrededor sin esperar tu opinión,...

Desde la perspectiva política, supone:

1. Rendir públicamente cuentas de lo hecho y de lo que no has podido lograr, asumiendo la responsabilidad que te corresponde.
2. Preparar el relevo, organizando la información significativa que pueda ayudar a la persona que va a asumir tu lugar a iniciar su etapa de la mejor manera posible. Ocupas un lugar de relevancia institucional. Ese puesto no era tuyo, sino que desde el servías a la sociedad como ahora servirá otra persona. Ayudarle a que pueda hacerlo con la mejor información disponible es un acto de responsabilidad democrática.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu sabiduría, Enrique.
Fdo.: Pedro

Unknown dijo...

No pretendo ser sabio, sólo compartir y ser útil.
En todo caso, gracias por tus hermosas palabras.
Un abrazo

BLACK SHEEPS ROCK dijo...

ENRIQUE: LEYENDO SU COMENTARIO, ME HE CONMOVIDO...PUDE ENTENDER QUE LO QUE MAS IMPORTA CUANDO UNO CAMBIA DE TRABAJO O DE PUESTO LABORAL, ES QUE MINIMAMENTE ALGUN SUPERIOR TE DIGA GRACIAS...SOY DE LAS AGRADECIDAS QUE SIEMPRE TIENEN BUENA MEMORIA PARA CON LOS QUE TRABAJARON CON UNO...EN EL PLANO QUE SEA...PARA IRSE CON EL CORAZON Y LA MENTE RENOVADA..SOLO HACE FALTA ESCUCHAR Y PRONUNCIAR UNA PALABRA : "G R A C I A S "
Michy Sánchez

Unknown dijo...

Y yo repito esa palabra: gracias Michy. Gracias por tu comentario. Cuantas veces se dice que el único reconocimiento que quieren las personas es el económico (confundiendo reconocimiento con recompensa) y, como muy bien planteas, para la inmensa mayoría es aún mucho más importante el reconocimiento personal. El sentir que otras personas y concretamente la persona que tiene una responsabilidad jerárquica, reconoce la labor y la contribución que realiza.

Unknown dijo...

Y yo repito esa palabra: gracias Michy. Gracias por tu comentario. Cuantas veces se dice que el único reconocimiento que quieren las personas es el económico (confundiendo reconocimiento con recompensa) y, como muy bien planteas, para la inmensa mayoría es aún mucho más importante el reconocimiento personal. El sentir que otras personas y concretamente la persona que tiene una responsabilidad jerárquica, reconoce la labor y la contribución que realiza.