jueves, 25 de octubre de 2012

Coaching político, historias y elecciones

La celebración de elecciones son un buen momento para acercarnos a la política desde la mirada del coaching. Una mirada siempre cargada de preguntas que nos colocan en un lugar diferente al habitual. El propio acto de votar permite preguntarnos qué lleva a cada uno de nosotros a decidir votar o no hacerlo, a inclinarnos por una opción u otra. Nos gusta contarnos que llegamos a comportarnos de una u otra manera como conclusión lógica a partir de un análisis racional. Es una bonita historia.

Una historia que puede tener su lado oscuro, ya que cuando concluimos que nuestra elección es la única opción racional, quienes han optado por otro comportamiento electoral (ya sea votar o abstenerse o votar a una opción política diferente), solo han podido hacerlo por su falta de inteligencia, la búsqueda de beneficios inconfesables o la sumisión a ideologías, equivocadas claro. De ahí al desprecio, a la minus valoración de los que no piensan como yo, hay una tenue línea que se cruza con demasiada y peligrosa facilidad.

Al coaching le interesan mucho las cosas aparentemente evidentes, aquellas que para quien las expresa son obvias. Así, si partes de que tu opción ha sido plenamente racional podría preguntarte ¿qué análisis has realizado para determinar que esa era la mejor opción? ¿has comparado los diferentes programas electorales? ¿has estudiado los efectos estimados de las medidas que plantean unos y otros?.... Seguro que ya me estarías llamando exagerado. Una cosa es valorar racionalmente una decisión y otra hacer una tesis doctoral antes de votar. Y tienes razón si piensas así, la cuestión es que la decisión, en consecuencia, no es tan racional. Más bien diría que "el corazón vota, el cerebro justifica", parafraseando las conclusiones de una investigación realizada en la Universidad de Berlin.

El comportamiento electoral de cada uno de nosotros es mucho más fácilmente explicable a partir de las historias que nos contamos, del relato al que hemos dado credibilidad. ¿Cuál es tu relato? ¿qué historia te has contado para optar por una opción u otra? Y en este punto hay una reflexión de interés para quienes solicitan el voto, el apoyo ciudadano ¿qué historia, que relato has generado en la ciudadanía? ¿en que medida te identificabas personalmente con ese relato?

Desde el coaching, lo que ha causado que nos contemos esa historia y no otra resulta poco relevante. El coaching mira poco al pasado. Para un coach resulta mucho más interesante preguntar por el propio relato ¿qué historia te has contado? ¿qué te dice de ti mismo esa historia? ¿crees que pueden existir otras historias que lleven a otro comportamiento electoral que puedan ser tan legítimas como la tuya? ¿en qué medida esa decisión contribuye a que los valores en los que crees tengan un mayor peso en la sociedad? ¿qué esperas de aquellos a los que has apoyado con tu voto? ¿te parece que esa expectativa es una expectativa razonable? ¿que puedes hacer para contribuir a que la opción que has apoyado pueda llevar a la práctica las acciones que te han llevado a respaldarla? ....

Y, como ya expliqué en otro momento, el coaching político es neutro entre opciones políticas pero no es neutro políticamente. Como se puede deducir de las preguntas anteriores, el coaching parte de que todos los relatos son legítimos, todas las opciones son legítimas, siempre que respeten precisamente el derecho a existir de las demás. El coaching contribuye a aumentar la tolerancia hacia los diferentes, también en el ámbito político y se compromete con una política asentada en valores.



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