sábado, 27 de febrero de 2010

Innovación, emociones, paradigmas y caos



Este jueves me he estrenado en las reuniones del Consorcio de Inteligencia Emocional promovido por Innobasque. La verdad que nunca se me hubiera ocurrido unir en una misma frase la palabra consorcio y la inteligencia emocional. Y mira que mi primer trabajo con enjundia fue en el Consorcio Area Experimental Uribe Costa Salud Mental. Evidentemente tengo que cambiar mi modelo mental al respecto.

La sesión me gustó. Resultó amena y los debates sugerentes. En grupos se nos plantearon diversas preguntas en torno al valor del aprendizaje emocional en el día a día. "¿Estamos ante un cambio de paradigma?", era la primera. Tengo la sensación que lo que mejor describe la situación actual es que nos estamos quedando sin paradigmas, sin referentes que nos den un marco conceptual para entender lo que ocurre y encontrar caminos para adentrarnos en el futuro. También creo que están surgiendo múltiples referencias que van aportando nuevas perspectivas, pero colocar a la inteligencia emocional como nuevo paradigma me parece exagerado.

Más aún, la idea de paradigma nos remite a un universo conceptual coherente, hasta cierto punto cerrado y con pretensión explicativa de la realidad. ¿Y si lo que está en crisis es la idea de paradigma como tal? ¿y si la verdadera transformación consistiera en vivir sin un paradigma? Pueden parecer malas noticias pero no creo que lo sean. Plantearnos un mundo abierto, con paradigmas plurales o sin ellos (como prefieras), se me antoja un horizonte de libertad y creatividad enorme. No tendríamos guardianes de la ortodoxia, del paradigma, empeñados en destruir cualquier pensamiento que pudiera cuestionar su mundo "equilibrado".

Cambio exponencial, complejidad creciente, redes múltiples con cruces infinitos entre ellas,.... quizás estamos viendo nacer un nuevo orden, el orden del caos. Y en ese entorno, el verdadero desafío es encontrar el Sentido. Sentido en los términos que nos planteaba Victor Frankl, sentido para nuestra vida y para nuestra sociedad. Sentido que sea el fino cable por el que circulamos como equilibristas. Sentido muy relacionado con valores, pero valores que no buscan imponerse sino que se crecen en el respeto por los valores del otro y por su legitimidad como persona.

Ya véis que esta reunión alborotó mis neuronas.
Termino contando una breve historia. Un día se encontraron dos viejos amigos. Uno de ellos se había convertido en un equilibrista de éxito. Su amigo fué a verlo y se saludaron tras el espectáculo. "Tienes un equilibrio increible", le comentó. "¿Equilibrio? ¿eso piensas? Mira -le respondió- me desequilibrio continuamente, lo único que he conseguido es volverme a equilibrar con rapidez. Lo que hago ahí arriba es sólo eso, desequilibrarme y volverme a equilibrar constantemente".

miércoles, 24 de febrero de 2010

Conversar para innovar

Comparto esta presentación, lograda estéticamente y con un enfoque sugerente. Espero que la disfrutéis y os remueva las neuronas. Eso sí, la parte de venta digerirla con elegancia ¡¡nadie es perfecto!!.

domingo, 7 de febrero de 2010

Rafael Echeverria, el coaching ontologico y la escucha

El ya lejano 2 de febrero visitó Bilbao Rafael Echeverria. Una persona muy especial para mi ya que fué el profesor central del curso de coaching ontológico que realicé en 2001. Y no fué un curso cualquiera. Nueve meses de trabajo duro pero, sobre todo, de volver la mirada hacia dentro, hacia mi mismo. Volver la mirada para tomar consciencia de cosas que te gustan y de muchas otras que no, pero que son precisamente las que te abren la posibilidad de desarrollarte como persona y como profesional. Puedo afirmar con rotundidad que en mi vida hay un antes y un después de esa formación en coaching. Un antes y un después de conocer a Rafael Echeverria.


No le véia desde hace unos siete años. Reencontrarme con el, con Alicia, con Ana, con Raquel... con algunas de las personas con las que compartí ese recorrido fue algo especial. A la conferencia asistimos más de 400 personas. Unas 80, ex-alumnos y alumnas del programa ABC (The Art of Business Coaching), compartimos mantel y volvimos a sentir la singular conexión que sólo generan las experiencias vividas y compartidas que están teñidas intensamente de emociones.


En cuanto a contenidos, la conferencia de Rafael no aportó nuevos conceptos. Hizo un recorrido por sus ideas clave, recogidas en su libro Ontología del Lenguaje, de las que subrayo algunas:

  • No hay un "ser" que permanezca inmutable, el cambio es lo único constante, reclamando así la herencia de Eráclito.

  • El lenguaje no se limita a describir la realidad, es en si mismo generador de realidades. Lo que decimos, cómo lo decimos, lo que no decimos, lo que nos decimos a nosotros mismos genera nuestra identidad pública y privada.

  • Las organizaciones pueden ser entendidas como una red de conversaciones y, en consecuencia, nuestra competencia para conversar es determinante para la efectividad de la organización.

  • El trabajo ha cambiado radicalmente sus elementos nucleares. La preponderancia del trabajo del conocimiento hace totalmente ineficaz una gestión basada en el mando y el control. Los nuevos gestores han de desarrollar competencias genéricas que les permitan construir confianza.

  • El elemento central para lograr generar equipos de alto rendimiento es la escucha. Pero no la escucha asociada al oir, sino la escucha que lleva a comprender al otro.

En todo caso, volvió a cargarme las baterias y a recordarme lo poderosa que es su propuesta, poderosa para hacer avanzar a las organizaciones hacia una nueva realidad en la que se conviertan en lugares estimulantes para trabajar. Estoy con ganas de incarle el diente a su libro sobre la escucha.