sábado, 9 de enero de 2010

Programación Neurolingüistica


Con esa denominación la Programación Neurolingüistica (PNL) producía un doble efecto en mi, doble y contradictorio. Siempre he sido una persona intelectualmente curiosa y desde ese lado me atraía, sin embargo esa definición tan "neurológica" me disuadía, "esto no es lo mío". El ya pasado año, un curso organizado por la Fundación EDE (y el empujón final de Asier Gallastegi) me llevaron a dar el salto. Una vez metido en harina no soy de los que se conforman con algún sorbito así que rescate de la pila de libros pendientes la "Introducción a la PNL" de Joseph O'Connor y John Seymour. Me parece una buena introducción, clara, rigurosa y amena. En un libro de estas características siempre hay algo que a uno le parece que sobra y otras cosas que te hubiera gustado dedicarles más tiempo, pero creo que cumple perfectamente lo que puede esperarse de una introducción.

En una entrevista publicada en pnlnet.com, el propio O'Connord define así la PNL: Programación Neuro-Lingüística es el estudio sistémico de la comunicación humana. Es el modelado de la excelencia y la manera de comprender como llegar a resultados extraordinarios y permitir a otros alcanzar lo mejor que ellos puedan alcanzar. Como veis es un planteamiento ambicioso que surgió a principios de los años 70 cuando un profesor ayudante de lingüística de la Universidad de California en Santa Cruz, John Grinder, y un estudiante de psicología de esa misma universidad, Richard Bandler, estudiaron lo que tenían en común tres psiquiatras de éxito y avanzados en sus diversas disciplinas: el psicoterapeuta Fritz Perls, la psiquiatra familiar Virginia Satir y el hipnoterapeuta Milton Erickson. Los patrones que identificaron conforman la base de este enfoque.

Si os interesa conocer en líneas generales cuales son los planteamientos de la PNL este libro puede ser una buena opción. Claro que no voy a resumir aquí una introducción ya de por sí resumida pero sí quisiera subrayar algunos de los elementos clave que se describen en él y que configuran el cuerpo nuclear de la PNL:

"El mapa no es el territorio" es quizás una de las metáforas más difundidas de esta disciplina, con ella subrayan que lo que pensamos no es la realidad sino la forma en que la interpretamos. Sobre esta premisa analiza los sistemas representativos que usamos las persona, sistemas que varían de unas a otras pero en los que es posible encontrar unas tipologías comunes. Los sistemas de pensamiento o modelos mentales son otro de los pilares sobre los que pivota la PNL, al igual que el análisis del lenguaje que utilizamos. Partiendo de las aportaciones de Erickson también se abre un camino en la dirección de la interiorización, en la que se plantean técnicas de hipnosis para facilitar el acceso al inconsciente.

En conjunto me parecen interesantes las aportaciones de la Programación Neurolingüistica con claras aplicaciones en el ámbito del desarrollo del liderazgo y de equipos de alto rendimiento, además del muy útil autoconocimiento y desarrollo personal. Una vez superadas las reticencias iniciales voy a seguirle la pista.

sábado, 2 de enero de 2010

¿Supervisión o coaching?

No hace mucho traía a colación al bueno de Aristóteles y su huella racionalista en nuestra cultura. Hace unos días participé en el curso Formación y capacitación en supervisión y coaching que organizan HZ Consultoría y Bidari y de nuevo me acordé de él. Mi participación se dirigía a presentar en líneas generales qué es el coaching y en un momento surgió el dilema ¿en qué se diferencian la supervisión y el coaching?

La búsqueda de clasificaciones claras, que delimiten sin lugar al duda el blanco del negro, lo bueno de lo malo, lo que es y lo que no es, parecen ocupar una parte importante de nuestra actividad mental. El problema es que cada vez resulta más evidente que esas fronteras sólo están ahí, en nuestra mente. En la vida, esas fronteras se diluyen, se entremezclan, .... La cultura oriental (que faltó a clase cuando impartía la lección Aristóteles) lo planteo hace muchos siglos con su gráfico Yin y Yan.

Volviendo a la dicotomía supervisión / coaching, para mi la diferencia fundamental se sitúa en que en la supervisión, la persona supervisada espera y atribuye al supervisor un conocimiento técnico especializado en el ámbito en que trabaja, Así, un psicólogo o un trabajador social (al igual que un coach) solicitará la supervisión de un profesional experto en ese ámbito para poder contrastar con él sus enfoques, la forma en que ha abordado determinados casos, etc. Me parece evidente que una persona que realiza supervisión puede ser también un coach y aplicar las características de esta forma de trabajar a su labor supervisora. En cambio, un coach considero que sólo podrá realizar supervisón en la medida en que sea también un experto en el ámbito profesional de quien solicita la supervisión.

Si nos salimos del entorno de profesionales de la intervención social o psicológica, el asunto se clarifica bastante ya que no es fácil que un directivo de una organización se plantee que necesita supervisión, más bien necesitará ayuda para el desarrollo de su liderazgo o para afrontar asuntos para los que no encuentra alternativa. En ese marco, mucho más genérico, el coach encuentra un ámbito de trabajo acorde con su aproximación.